viernes, 14 de agosto de 2015

Mi resumen sobre el viaje por Cuba

En general el viaje por la isla se me ha hecho muy corto. Me lo he pasado muy bien y sobretodo he aprendido mucho. Ha sido una buena mezcla de descanso y aventura tratando de averiguar cómo comeríamos ese día.
 
Lo cierto es que no diría que Cuba es un buen destino turístico. Realmente no tiene nada que no tengan otros sitios de los alrededores con añadidos. Por ejemplo para pagar un vuelo de esa distancia, creo que sería mejor ir a Perú que a Cuba. Ahora bien, en Cuba se encuentran cosas inmateriales que no podrías ver en ningún lugar del mundo.
 
Lo mejor que tiene Cuba es su gente. De verdad creo que no encontré a nadie que actuara con malicia. Es increíble cómo la gente puede ser tan sencilla y agradable. Además hay otro valor añadido que le da interés a la isla, el sistema político. Esta rareza -si se le puede llamar así- que es el socialismo cubano en un mundo capitalista, es una verdadera joya. Es una lástima que los diamantes pierdan brillo con el tiempo y que muchos traten de robarlos por envidia.
 
El viaje en sí no es muy caro si eres capaz de aproximarte aunque sea un poco al cubano de a pie. Un viaje de 19 días como el mío se puede hacer por 1.500€ con vuelo incluido. Incluso con algunas noches en un todo incluido y viajando con un coche privado como fue el caso. Pero estoy seguro de que todavía se podría hacer más barato comiendo desde el primer día en sitios sin lujos, aunque eso se debería pensar si realmente merece la pena.
 
Repetiría el viaje sin dudarlo, pero esta vez lo haría sin detenerme en los sitios turísticos. Disfrutando simplemente de la compañía de la gente sentado bebiendo un mojito. Así es como se disfruta Cuba, sin prisas y sin ser un verdadero turista.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Penaltis

Ya estoy casi en el minuto 20 del partido
Y no he marcado goles,
Ni he hecho faltas,
Ni me las han hecho,                                                           apenas
Ninguna grada ha coreado mi nombre
Tampoco he regateado,
Ni he conseguido pasarte la bola.
 
 
 
 
No consigo soltar tu balón
Y yo siempre fallo los penaltis.

viernes, 7 de agosto de 2015

Día 19, las historias felices duran poco y tienen final.

Escribo esto desde el avión de vuelta de París a Madrid. En la mañana cubana vimos alguna cosa sin importancia que habíamos olvidado. También nos metimos en internet (no hay novedades serias) y fuimos a darle una camiseta a la mujer que nos había invitado a los batidos. Era lo menos que podíamos hacer, aunque al parecer sí que buscaba interés, porque además de darnos la tarjeta de visita de una casa para hospedarse, nos preguntó si teníamos puros para vendernos.
 
Volviendo a casa nos encontramos con un chico con el que habíamos hablado hace dos días, que estaba trabajando en la construcción. Nos pidió un favor que a nosotros no nos costaba nada y a él le haría muy feliz. Nos pidió que le mandásemos un SMS a una amiga suya que se encontraba en España y con la que no podía comunicarse. Solo quería decirle que se encontraba bien y que esperaba verla pronto. Por supuesto que lo haremos.
 
En la casa descansamos un poco y bajamos a comer unas pizzas grasientas y deliciosas. Después de alimentarnos, volvimos a la casa a ducharnos. Nos despedimos de los caseros y fuimos al aeropuerto. En la misma casa habían gestionado la recogida y el traslado. Lamentablemente el coche no era un americano de los años 50, pero era un coche soviético de los años 80 que no merece ningún desprecio. Estuvimos hablando con el conductor, que nos contó cosas como que él estaba ahorrando para comprarse un coche de hace más de 100 años. Me parece increíble que esos coches todavía funcionen. Por ejemplo su coche llevaba un motor de 2012 y así, cambiándoles las piezas, les alargaban la vida.
 
Una vez en el aeropuerto, como había que matar el tiempo ya que habíamos llegado con tiempo de adelanto, hicimos cuentas para ver si todo estaba bien. Por fortuna hemos controlado bien los gastos y todo está apuntado sin errores.
 
El viaje en avión no fue tan agradable como podría haber sido, porque unas chicas españolas que iban sentadas delante no hacían nada más que reclinar sus asientos hasta estar casi tumbadas. Nos estaban molestando y se lo hacíamos saber, pero no cedían a pesar de todo. Ni siquiera en las comidas. Volví a ver otra vez Good bye Lenin!. Sentado a mi lado iba un hombre checo ya mayor. Como las bebidas en el vuelo estaban incluidas, él lo aprovechó bebiendo incontables cervezas. Al final acabó contándome la historia de la cerveza checa y su relación con Cuba mientras que su mujer, sentada detrás se avergonzaba de su comportamiento. La verdad es que no estaba haciendo nada malo.
 
Para el vuelo de París a Madrid no hemos tenido que esperar demasiado, porque llegamos con retraso del vuelo de La Habana. Se tuvo que desviar bastante debido a los huracanes.

martes, 4 de agosto de 2015

Nunca fuimos ángeles


Callar y otorgar,

siempre lo mismo.

Por voluntad o azar

estás acabando conmigo.

Cortas mis alas,

truncas mi destino.

La marea es cada vez más fuerte

y yo me encuentro cada vez más perdido.

Las convulsiones ya son constantes,

Igual que Damien Rice en vinilo,

Que la puerta cerrada de mi habitación

O canciones de Suite Soprano en disco.

Era algo impensable,

No hubo forma de predecirlo,

Pero aquí estamos en distintos andenes

Mirándonos con los ojos vacíos

Tratando de leernos la mente.

Quizás debamos admitirlo,

quizás nunca fuimos ángeles.