viernes, 19 de junio de 2015

Día 12, un descanso después de tanta aventura

Como nos levantamos tarde (en realidad fue Miguel), no fuimos a la playa del Pilar. Tampoco teníamos muchas ganas, la verdad.

Bajamos y tomamos unos deliciosos sándwiches. Luego dimos un paseo por el hotel y descansamos hasta la hora de comer. En el paseo nos encontramos al canadiense de ayer y a sus extraños gestos. Tras beber algo estuvimos viendo el partido del mundial en la televisión. 

Después del partido fuimos a la playa del hotel y por fin hicimos lo que hacen todos los turistas en Cuba, bañarse. Fue un momento bastante agradable con mi hermano porque estuvimos jugando y perdiendo el tiempo juntos. 

Al volver al snack bar a por un perrito caliente vi algo que me hace odiar aún más este mundo si cabe. Un grupo de gilipollas (no tienen otro nombre) pidieron una hamburguesa que no iban a comer. La dejaron en otra mesa a propósito para divertirse viendo cómo los pájaros se peleaban por la comida. Ojalá esos mismos pájaros les arranquen los ojos algún día. Eran los típicos niños de papá que siempre van de vacaciones a un todo incluido. No les importaba el dinero, la comida, nada más que ellos mismos y su diversión.

Se nos cortó la digestión así que nos marchamos a ducharnos para bajar a cenar cambiados (sin bañador), sin ir tan emperifollados como toda la gente tan pretenciosa que hay aquí. 

Tras cenar tomamos algo en una terraza, pero nos fuimos pronto a dormir porque mañana hay que ir a la playa del Pilar sí o sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario