sábado, 5 de enero de 2013

La sombra que dejarás
cuando me dejes
 será la que iluminará
 mi camino siempre
 siempre hundido en el mar
 de nunca volver a verte 
congelando las gotas de mi cristal
 viviendo la muerte.
 Tu bien se abrazó a mi mal 
y ganaste, tengo suerte,
de existir sin estar
 pero igual mañana acaba mientras duermes
 y la sangre me empieza a faltar.
 Aquí nos vemos en una vida entre trenes
 trenes que sujetaré y evitaré que descarrilarán,
 quién sabe si siempre o en mi mente.
 De la vida amarras soltar
 y entre mis brazos una vez más cogerte
 pero el golpe puede rebotar 
ser tú la herida del demente,
 sentir el escalofrío brotar
 sabiendo que me mientes.
Mis recuerdos de tu vida no quiero contar 
porque son incontables como billetes, 
como el azar, 
como los poemas que te escribiré si quieres 
o como las vidas que contigo quiero pasar. 
Tus labios serán igual que el fuego caliente, 
lo quieres disfrutar
 pero sabes que así no será siempre.
 Nunca nadie me hará dudar 
de por qué mi corazón siente
 sentir que así siempre será. 
Eres la tortuga de mi liebre,
 eres mi manto y santo grial,
eres mi nunca, pero siempre serás mi muerte.